domingo, 6 de junio de 2010

Cafetal La Dionisia

Selvas tupidas y campos raleados hace un par de siglos, rodean la estancia del viejo cafetal de La Dionisia , al este de los farallones que flanquean al río Canímar, en la costa norte de la provincia cubana de Matanzas, a un centenar de kilómetros de la Ciudad de La Habana.

Bien adentro de ese territorio se hallaba la gran finca cafetalera de “mesié” Rubielle, y otras estancias productoras del grano, propiedad de colonos galos llegados a Cuba con sus familias y esclavos luego de la revolución haitiana, entre los finales de la décimo octava centuria y la siguiente.
Hoy el Cafetal La Dionisia se integra a la Ruta del Esclavo denominada por la UNESCO , junto al ingenio Triunvirato y el Castillo de San Severino.
Habrían comprado tierras a bajos precios, a tenor con el alto grado de aislamiento que imponía el Canímar a los terrenos de esa orilla este, cuando cruzar el ancho y profundo río solo podía hacerse en un bongo, pequeña embarcación de fondo plano con limitada capacidad de carga.

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